Los cambios que sufre el personaje
Podemos considerar un cambio amplio como el resultante de sumar varios cambios pequeños. Por ejemplo, en nuestra historia un personaje pasa del amor al odio. ¿En cuántos pequeños cambios podemos descomponer esto? Cualquier sujeto, para lograrlo, deberá pasar por varios estados intermedios y para lograr verosimilitud será imprescindible mostrarlo en las distintas etapas.
Las cosas no cambian bruscamente de un estado al opuesto mediante un gran salto, sino más bien con pequeños pasos y pasando por todos los estadios intermedios.
Si bien es cierto que podemos decir que la vida es aquello que transcurre entre el nacimiento y la muerte, resultaría mucho más sensato definirla como la suma de las siguientes transiciones: nacimiento >niñez >adolescencia >juventud >madurez>vejez >muerte.
Siempre entre dos situaciones dadas existirán varios estados intermedios. Veamos por ejemplo las posibles transiciones entre amistad y asesinato: amistad> desacuerdo> disgusto> irritación> furia> agresión> daño> premeditación> asesinato. Por supuesto que entre cada uno de estos pasos, podemos aún agregar más pasos intermedios, creando de esta manera transiciones aún más pequeñas.
Si necesitamos mostrar un pequeño cambio, seguramente esto nos resultará difícil de concretar con personajes muy estereotipados. Por eso es necesario que exista entre los personajes un cierto contraste, una rica variedad de matices, lo que nos ayudará a orquestar correctamente a las distintas personalidades.
Fuente: Apuntes de Animación Bidimensional de la U de Londres