Velar por la seguridad y privacidad del huésped y del establecimiento
En el Turismo se llega a tener una relación de confianza muy alta y por los servicios prestados, los prestadores mantienen contacto con la intimidad de cada pasajero, ya sea durante el arreglo de la habitación, al acompañarlos en travesías o durante una celebración.
Es parte importante de cada colaborador darse cuenta que parte de su responsabilidad es respetar la cultura del pasajero, su forma de pensar, sus costumbres o su comportamiento no deberían levantar comentarios o chismes entre el equipo de trabajo.
El único comportamiento de un pasajero inadmisible, será aquel que ponga en riesgo la integridad física o psicológica de otro pasajero, de un miembro del equipo colaborador o de las instalaciones del establecimiento.
Si su comportamiento no afecta a ninguno de estos tres aspectos pues no deberíamos preocuparnos por él. Las costumbres personales de cada turista son propias de su intimidad, y si un colaborador identifica costumbres fuera de lo común, que no afectan a los aspectos mencionados, deberemos respetarlas, comunicarlas a nuestro superior para guiarnos en cómo actuar; pero jamás, hacer un chisme de esto o generar burla impropia del pasajero.
Nunca se debe olvidar del elemento más importante en el servicio al cliente, EL RESPETO, y esto en su básico significado es aceptar a las personas tal como son. Dentro del comportamiento organizacional de una empresa de turismo, jamás se puede considerar un colaborador juez del comportamiento o de las acciones generadas por un turista y al igual que en el manejo de conflictos, si se encuentra un situación delicada de difícil confrontación, es preferible buscar a un superior con quien llegar a definir una solución para el problema, manteniendo en mente el respeto que el pasajero merece a su intimidad.
Por otra parte esta intimidad que adquiere cada turista al llegar a una empresa prestadora de turismo, implica que no se debe promulgar o comercializar su presencia olvida personal con otras personas internas o externas al establecimiento, más allá de ser una prohibición dentro de la cultura del servicio, podría convertirse en una posible demanda legal hacia el establecimiento, por atentar contra la intimidad de la persona.
Es importante nunca olvidar los siguientes preceptos:
• No dar información a extraños sin previa autorización del huésped
• Controlar el acceso de los huéspedes
• Actuar como observador de posibles anormalidades que puedan generar un problema
• Chequear la entrada y salida de personas que no estén autorizadas
Fuente: Manual de Recepcionista polivalente del Ministerio de Turismo del Ecuador