Ecología de las malezas
Las malezas crecen en lugares donde no se las desea y muchas veces ganan en la competencia de crecimiento a los cultivos. Hay varias razones por lo que esto sucede, una muy importante es su capacidad de adaptación a las condiciones existentes, es por eso que muchas veces son excelentes indicadores de la fertilidad y estructura de los suelos.
Cuando las condiciones del suelo son favorables para el desarrollo de las malezas es porque existe algún tipo de problema que debe ser enfrentado, por ejemplo, las malezas pueden tomar ventaja de la salinidad cuando los cultivos comunes pueden ser afectados, o pueden sobrevivir en suelos pobres en nutrientes disponibles, como el caso del Chan (Imperata cylindrica) en Bangladesh. Estas malezas son buenos indicadores de los suelos infértiles, la presencia de otros tipos de malezas indica que existen suelos compactados, anegados, ácidos, con bajo contenido de materia orgánica, etc.
Además de cumplir la función importante de indicador de la condición del suelo, las malezas poseen otros beneficios:
- Las malezas pueden servir como plantas hospederas de ciertos organismos benéficos. Por esto pueden servir como valiosos instrumentos en el control de la diseminación de las plagas.
- Varias malezas son comestibles para algunos animales y algunas veces también para el consumo humano.
- Algunas malezas tienen uso medicinal.
- Las malezas pueden absorber nutrientes del suelo que después son devueltos a éste a través de abonos verdes o mulch.
- Otras pueden ayudar a combatir la erosión.
Sin embargo las malezas pueden afectar el medio ambiente del cultivo en una forma negativa, la luz y la circulación del aire, por ejemplo, pueden ser reducidas entre los diferentes cultivos; en condiciones de oscuridad y humedad las enfermedades encuentran condiciones ideales para diseminarse e infectar a las plantas.
Fuente: IFOAM Manual de Capacitación en Agricultura Orgánica para los Trópicos