Cambio progresivo de velocidades
Cuando el tránsito sea fluido, se podrá aplicar el cambio progresivo de velocidades, lo cual significa acelerar de forma suave y progresiva para cambiar rápidamente y de manera gradual a la última relación de caja o lo que se conoce como «marcha larga«, por lo que ya en esta última el operador debe ejercer la presión suficiente en el acelerador para que el vehículo adquiera una velocidad constante.
Si las condiciones del tránsito denso no permiten progresar en el cambio de velocidades, el operador deberá ajustarse a la marcha más conveniente y pisar el acelerador buscando nunca exceder las 2,500 r.p.m. pero eso sí, al superar las 2,000 r.p.m. podrá cambiar a la siguiente velocidad.
A continuación se puede observar una gráfica que muestra los rendimientos de combustible que registra un vehículo ligero, en función de la velocidad que adquiere para sus diferentes relaciones de caja.
Fuente: Manual de conducción Técnico-Económica para Operadores de Automóviles del sector Público Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía