La premisa

Las historias, como todas las cosas en este mundo, tienen un propósito, un fin, un destino. Como observadores atentos que somos del mundo que nos rodea, nosotros seguramente tenemos un punto de vista personal, hemos tomado una posición, respecto a determinados temas. Esto que constituye una expresión honesta de lo que sentimos frente a ellos, de lo que en definitiva el tema nos provoca, constituye nuestra opinión personal al respecto. La premisa no necesariamente debe resultar una verdad universal y absoluta.

Podemos enunciar las premisas como proposiciones que damos por ciertas, o mejor dicho por supuestas, y que constituyen la base del argumento, ya que establecen o determinan una conclusión.

El propósito final de cualquier historia será corroborar una premisa dada a priori. Así el autor en ella, esta expresando una opinión personal, la que afirma o niega una cualidad del sujeto, condicionándola al predicado de la oración.

En esta proposición que llamo premisa, estamos estableciendo una relación de causa/efecto entre el sujeto y el predicado. Este concepto puede tener otros nombres.

El camino puede variar, se puede comenzar desarrollando primero una situación y más tarde buscar la premisa correspondiente. O directamente avanzar desarrollando nuestra idea, hasta lograr formular una premisa. Pero tengamos claro que es ella la que en definitiva definirá los personajes, el conflicto y su resolución.

Fuente: Apuntes de Animación Bidimensional de la U de Londres